Mi amor es puro egoísmo,
y apuesto que el tuyo es lo mismo.
¿Qué palabra tan peculiar
es esa a la que llaman "verdad"?
Mi amor es egoísmo,
y no le importa si te parto a la mitad
con tal de saciar su instinto,
dándole sentido a un ritual
bastante maldecido y habitual.
Mi amor es un egoísmo que divide en dos la Tierra,
arrancando cada pequeña y brillante piedra
y dejando la suciedad para los cobardes
que se esconden en la esquina pues no saben lo que valen.
(Han sido maniatados por una pena vacía:
lo veo en sus ojos, aunque lo ignore cada día.)
Pero mi amor es egoísmo y todo lo recuerda;
como esa primera vez que, envalentonado,
me hizo cantar y saltar sobre el estrado
como si fuera una marioneta en su cuerda.
Dándole sentido al ritual...
Dándole sentido al ritual...
jueves, 2 de septiembre de 2010
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