No desperdicias tu vida
si la recorres por dentro.
Tienes que saber quién te observa
y quién además de ti habita tu cuerpo,
ese lugar donde eres más lento
sin importar adónde te dirijas.
Pronto llegará un momento
cuando el tiempo
sea defenestrado;
aprenderás entonces a conducir desenfocado,
porque yo soy tú, y si algo se despliega
es porque así estaba destinado.
No desperdicias tu vida
si te quedas quieto.
Estoy en una cadena de recuerdos,
pero ésa es mi decisión:
tengo que consultar figuras
de mi pasado, y sé bien
que tras de mí vendrá después
alguien para comenzar de nuevo...
No estoy diciendo una visión.
Tengo la noche para poder despegarla.
Escapé de esta batalla,
haciendo cosas que no debía hacer.
martes, 22 de julio de 2014
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