Te vi ahí, con tu mano en su cabello
y la suya en la bolsa de tu trasero.
No había nada que yo pudiera hacer,
pero igual me quedé a ver.
Quería decirte que estaba de vuelta,
que había regresado a la escuela.
Poco después, dentro de un oscuro bar,
supe que lo nuestro no podría durar...
Y estuve tratando de aprender tu lengua.
Con las manos vacías fui a tu fiesta;
no estaba invitado, pero comencé la peda.
Quería decirte que había vuelto a la escuela,
y sólo conseguí una charla banal.
Estuve tratando de aprender tu lengua:
era como enseñarle a una mosca a ladrar.
La sonrisa de tu rostro quise borrar,
pero por más que intenté no lo pude lograr.
Besarte cuando estabas ebria
no me dio la respuesta.
lunes, 16 de mayo de 2011
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