El día más feliz
que pasé a tu lado
fue una tarde de verano
junto al mar dorado,
cuando, jóvenes, cansados,
borrosos y enamorados,
me contaste sueños
de un mundo por venir.
Fue un día perfecto,
hace mucho tiempo...
No es posible que ahora haya muerto.
Es difícil conservarlo adentro.
La noche más feliz que recuerdo
estábamos drogados
y teníamos mucho miedo
bajo la luz de invierno.
Sobre la arena quisimos llorar,
pero estábamos enamorados
y nuestros sueños se harían realidad.
Fue una noche perfecta
en un lugar muy lejano...
No es posible que ahora esté muerta.
Es difícil conservar el pasado.
Por eso cada noche de invierno
quiero regresar ahí contigo.
Y cada tarde de verano
quiero hacer lo mismo:
estar a tu lado
y preservar el pasado,
para mantenernos vivos.
lunes, 2 de mayo de 2011
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