Mientras naufragaba por océanos solitarios
trataba de mantener esta sonrisa;
hasta que a lo lejos vi tus ojos y tus manos
dibujándome el camino hacia tu isla.
Y me cantaste: "Ven... Navega hasta aquí,
déjame envolverte... navega hasta aquí...
Estoy esperando tu abrazo."
¿Fue un sueño cuando creí que me soñabas?
¿Fuiste liebre mientras yo era zorro?
Ahora mi tonto barco se detiene entre tus rocas,
destruido y privado de tu amor.
Porque tú me cantaste: "No me toques,
no me toques... Regresa mañana."
Y mi corazón se avergüenza del dolor.
Ahora estoy confundido,
como si fuera un recién nacido,
y me desespero en plena tormenta.
¿Debo quedarme en la marea?
¿Debo convertir a la muerte en mi mujer
y junto a ella yacer?
Escucha cómo te canto:
"Nada hacia mí, déjame envolverte, nada hacia mí...
Estoy esperando tu abrazo."
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