Tu cara es como el sol hundiéndose en el mar;
es como ver las flores creciendo a gran velocidad.
Me tragué cada uno de tus besos:
iluminaron mis mañanas y mis huecos,
y mis vides y raíces se fueron destejiendo...
Nena, tú eres mi rayo de sol:
no te lleves ese rayo, por favor.
Las luciérnagas son estrellas muertas:
puedo escuchar su llanto cuando vuelven a la tierra.
Son como las luces de navidad que un día me comí;
como el árbol vacío donde esa noche dormí;
el invierno que desde entonces no se quiebra.
Nena, tú eres mi rayo de sol:
no te lleves ese rayo, por favor.
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