Esta mañana, temprano,
cuando tocaste a mi puerta,
te dije: "Hola Satanás,
supongo que es tiempo de irnos".
Íbamos yo y el Diablo
caminando lado a lado,
y fui a ver a mi chica
hasta quedar satisfecho.
Tú no te das cuenta:
igual que a un perro,
sólo me das vueltas.
Vamos nena,
sabes que yo no lo hago
de esa manera...
La gente me trata como a un perro.
Debe ser por ese espíritu malvado,
ese espíritu que me mantiene postrado.
Puedes enterrar mi cuerpo
a un lado de la carretera:
no me importa realmente
lo que hagas conmigo tras mi muerte.
Cuando esté muerto,
puedes enterrar mi cuerpo
a un lado de la carretera,
así mi espíritu malvado podrá perseguir
el siguiente autobús que pase por ahí.
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