¿Puedes escuchar
los helicópteros?
Estoy en Nueva York,
no hacen falta palabras.
Nos sentamos en silencio,
me miras directamente a los ojos.
Me conociste,
creo que es miércoles por la noche.
Estamos en medio de un desastre
y el sol de la ciudad se pone sobre mí.
Noche y día
sueño con hacer el amor
contigo, nena.
Hacerte el amor...
en la pantalla....
un sueño imposible...
He visto el amanecer
sobre el río y sobre la autopista,
recordando el desastre en el que estamos.
Y el sol de la ciudad se pone sobre mí.
¿Qué era lo que buscabas?
Sólo quiero pedirte
que nunca cambies, nena.
Te doy las gracias.
No creo que nos volvamos a ver.
Debes irte ahora,
antes del amanecer.
Por encima de los rascacielos
está el pecado
y el desastre en el que nos metimos.
Y el sol de la ciudad se pone sobre mí.
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