Escucha al colibrí,
cuyas alas no puedes ver.
Escucha al colibrí,
no me escuches a mí.
Escucha a la mariposa,
cuyos días no pasan de tres.
Escucha a la mariposa,
no me escuches a mí.
Escucha a la mente de Dios,
que no tiene necesidad de existir.
Escucha a la mente de Dios,
no me escuches a mí.
Escucha al colibrí,
cuyas alas no puedes ver.
Escucha al colibrí,
no me escuches a mí.
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