Nadie te quiere cuando estás abajo y afuera.
Nadie te mira cuando estás en el séptimo cielo.
Todos te presionan por unas cuantas monedas:
yo rascaré tu espalda y tú rascarás la mía.
He estado en el otro extremo,
me he mostrado a ti sin ocultar nada,
y aún así me preguntas si te amo, ¿qué es esto?
Todo es espectáculo, una gran farsa.
Nadie te quiere cuando estás abajo y afuera.
Nadie te mira cuando estás en el séptimo cielo.
Todos te presionan por unas cuantas monedas:
yo rascaré tu espalda y tú me darás una puñalada.
He cruzado tantas veces el agua,
he visto al hechicero tuerto guiando a los ciegos,
y aún así me preguntas si te amo, ¿qué estás diciendo?
Cada vez que trato de colocar mi dedo, esto se desbarata.
Despierto y me veo reflejado en el espejo;
luego me acuesto en la oscuridad, ¡diablos!,
y sé que no podré conciliar el sueño.
Nadie te quiere cuando estás gris y viejo.
Nadie te necesita cuando estás hecho un enredo.
Todo mundo vocifera sobre su propio cumpleaños.
Todos te aman cuando estás a dos metros enterrado.
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