Las campanas le cantan a la mañana de domingo.
Hoy es el día que ella juró que robaría
todo aquello que nunca le ha pertenecido,
y que escaparía de este agujero al que llama casa.
¿Qué se siente, ahora que vas al volante?
Fue bueno primero haberte ecualizado,
para poder mantener arriba tus párpados.
Y mientras los kilómetros desaparecen,
el terreno comienza a verse más claro.
Libre al fin de la suciedad y la escoria,
los satélites americanos han ganado.
Ella seguirá adelante, sin importarle nada...
Ella es una cascada.
Mira el campanario de madera
y las colinas tan viejas como el tiempo:
pronto ambos serán puestos a prueba,
azotados desde el oeste por fuertes vientos.
De pie en arenas movedizas,
ella sostiene la escalera en sus manos:
el viento la azota desde lejos,
y agita sus velas como las de un barco.
Ella seguirá adelante, sin importarle nada...
Ella es una cascada.
jueves, 30 de enero de 2014
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