Regios golpes suenan en trampas brillantes:
en el bosque, tras la nevada,
es el ruido blanco de la bruja
y su helado martillo.
Descansemos bajo la rosa y el pino
en nuestros trajes
y ropas de domingo.
Anímate, mi hermano,
todo va a estar bien.
Sé que sus corazones
son pesados como montañas,
pero algún día volveremos a casa.
Cuelga ahí,
pequeña estrella del invierno,
y dime quién eres realmente,
tan arriba, por encima del mundo,
como un diamante en el cielo.
Nací con miel en el cabello;
una vez fui uno oso viejo y grande.
Anímate, mi hermano,
todo va a estar bien.
Sé que sus corazones
son pesados como montañas,
pero algún día volveremos a casa.
Subí mi vestido hasta las rodillas;
hay fantasmas de bebés en los arroyos.
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