Acaba con los cuervos de oro;
sé que sus almas son viejas.
Las olas y la prosa del trueno
se iluminan dentro de sus vientres.
Ahí donde respiran los viejos osos,
no puedo ver la luz para los árboles.
Me quedé en un lago de fuego:
mi cama era una pira antigua;
las estrellas cayeron en el mar.
No puedo ver la luz para los árboles,
para los árboles,
para los árboles.
martes, 4 de agosto de 2015
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