Las mujeres van arregladas
y nada bueno están haciendo.
Tú vas vestida para la liberación.
Destellas la bandera de fuego que sobrevuelas...
El velamen ardiente de tus ojos
dice adiós, vagamente.
Hay un largo retraso en nuestras palabras,
y por lo tanto, no hay palabras.
Y yo me acuesto esta noche,
tan nervioso como una novia antes de su boda...
Ella no está nerviosa, pero lo intenta.
Y es vagamente un adiós.
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