El cactus en el lugar donde debería estar tu corazón
tiene unas encantadoras florecillas,
así que, aunque siempre me esté pinchando,
mi ardor nunca se agría.
El cactus en el lugar donde solía estar tu corazón
tiene el poder de desgarrar y desollar,
pero yo sigo aquí porque quedé atrapado,
porque no puedo arrancarme sin hacerme pedazos.
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