No estoy atacando tu deseo de cargar con este hogar,
pero te lo llevaste contigo cuando te mudaste y se rompió.
Encontramos los pedazos y los contamos solos;
la suma no salía, olvidé cargarle el cero.
Ya no puedo seguir siendo tu apologista por más tiempo,
me sorprende que también quieras cargar con eso.
Cuenta tus imperfecciones: no puedes, porque han desaparecido.
No puedo esperar tu respuesta para que las traiga de regreso.
Ellos están esperando que bajes tu guardia,
para que puedan verlo todo, mientras tú estás tan ocupada
con lo que otras personas están tan ocupadas, y viceversa.
Te convertiste en lo que antes pensabas que era tonto,
una fracción de la suma.
Sí, te has convertido en una fracción de la suma,
la parte del medio y la de enfrente.
Y ahora que está de regreso,
¿no ha llegado demasiado lejos?
Estaba intentando ayudar,
pero supongo que empujé demasiado.
Y ahora ni siquiera podemos tocarlo,
por temor a que se venga abajo...
viernes, 4 de marzo de 2016
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