Me asomo a tu ventana, cabello de oro,
te oigo cantar en el aire de medianoche.
Mi libro está cerrado, ya no leo.
Miro danzar el fuego sobre el suelo.
He dejado mi libro, he dejado mi cuarto
porque en la oscuridad he oído tu canto,
tu canto únicamente, en el aire alegre.
Asómate a tu ventana, cabello de oro.
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