De oro y plata
es el otoño.
Suave y tierno
son sus cielos.
Sí y no
son las respuestas
escritas en los ojos
de mi amor verdadero.
El otoño se marcha,
llega el invierno.
Creo que también yo
me iré a otro lado.
Tengo que dejarla
y conseguir a alguien más.
Debo aprender a cantar
la verdadera canción
de mi alma.
Vuelta tras vuelta,
el círculo de fuego.
Todas las estaciones,
uno, dos y tres...
Llega el otoño,
y después el invierno.
Nace la primavera
y corre libremente.
Oro y plata
incendian mi otoño.
Muy pronto
se desvanecieron
y murieron...
Y ya no hubo entonces
uno nuevo.
De leche y miel
estaban hechas
sus mentiras.
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