Mariposas de alas doradas
tocaron esta mañana
el rojo sol y la lluvia.
Sobre el puente,
los obreros pasaron
en grupos de tres,
de cuatro y de cinco.
Reflexiones después de Jane.
Cómo quisiera vivir en una ventana,
al lado de la suspirante carretera,
y sentir la ciudad en busca de mi soledad
en medio del polvo y del vidrio.
Reflexiones después de Jane.
Y la miro
en este dorado domingo,
con su cabello oscuro
bajo la lluvia.
¿Quién está en los periódicos
este mes, esta semana, este año?
Mi silencioso amigo,
podría matar de hambre mi vida
dentro de un sueño más profundo,
recordando...
Reflexiones después de Jane.
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