que gira por tu voluntad de hierro.
Lo que sientes es lo único que observas;
y él te sigue dando dando vueltas
aunque tú estés quieto.
Intentas escapar del problema
cuando ves que se está acercando:
sigues el ritmo del tambor
que a todos sincroniza.
Alto como la luz del sol
caes en tu carretera perdida.
¿Por qué lastima así el dolor?
Llegar tan lejos para darte cuenta
que ellos te cerraron las puertas.
Al caer del péndulo perdiste tu lengua.
Tu corazón es un tambor
y te sincroniza con todos.
Cuando alguno pierde el tono
necesita alguien que le enseñe
a llevar el ritmo más lento
y dejarse llevar por la corriente.
Tus ojos son aguijoneados
por la puesta del sol:
sigues el ritmo del tambor
que con todos te sincroniza.
Ir latido a latido me está agotando.
Ir latido a latido me está agotando.
Día tras día dando vueltas,
hasta ahogar todos mis días...
1 comentario:
Gracias
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