El custodio se quedó dormido;
me convertí en lo que él no permitía.
Porque la felicidad nunca me lastimó en verdad,
pero la miseria me ha decepcionado.
No está en casa el hombre del piso de arriba,
y yo salgo a pintar la ciudad.
Prometí no pasarla en grande,
pero la miseria me ha decepcionado.
Si me ves, miseria,
y te das una vuelta entre mis cosas,
¿me harías el favor de invadir mi espacio?
He fingido que me interesa,
llorando estas lágrimas de payaso.
Prometí no alardear,
pero la miseria me ha decepcionado.
Soy una concha en una celda,
mirándome a mí mismo a la cara...
viernes, 19 de diciembre de 2014
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