Pornografía
Una mano tapa mi boca;
mi vida se derrama entre las flores.
Todos lucimos perfectos
al momento de caer.
En el resplandor eléctrico
un hombre viejo se cuartea con la edad
(Ella encontró su última fotografía
en las cenizas de una hoguera.)
Una imagen de la Reina...
Ecos que rondan un lecho sudoroso...
Ácidos ruidos amarillentos en el interior de mi cabeza...
En libros
y en películas
y en la vida real:
sonidos de matanza,
mientras tu cuerpo me da la espalda.
Pero ya es demasiado tarde.
Pero ya es demasiado tarde.
Pero ya es demasiado tarde.
Pero ya es demasiado tarde.
Un día más como hoy y te mataré...
Un deseo de carne, de sangre verdadera...
Te miraré ahogar en la ducha,
presionando mi existencia
contra tus ojos abiertos.
Debo luchar contra esta enfermedad
y encontrar la cura.
Debo... luchar... contra... esta... enfermedad.
martes, 18 de agosto de 2009
domingo, 16 de agosto de 2009
Music in a foreign language- Lloyd Cole
Música en lengua extranjera
Que soy frío, distante,
y que resisto cada vez mejor tu sonrisa,
no te lo voy a negar.
Tú eres audaz, hermosa,
y (con anfetaminas o sin ellas)
por siempre te he de amar.
Me pediste que fuera directo contigo,
y ya lo he hecho… Ya no soy como antes;
mi antiguo Pálido Fuego se ha esfumado…
Pero tú no quieres escuchar eso en una canción.
Música en lengua extranjera,
palabras que no comprendemos,
melodías que no nos atañen
y que, siempre que quieras, juntos podemos cantar:
la la lá, la la lá, la la la la la la lá …
Escuché una voz grave, con acento escandinavo:
no comprendí una sola palabra;
mi diminuta sensibilidad se conforma
con escuchar sin palabras.
Trataré de ser directo contigo…
Mi corazón está casi lleno,
ya no queda mucho espacio…
Pero disculpa que me asuste
por tus veintiséis años de hartazgo existencial.
Música en lengua extranjera,
palabras que no comprendemos,
melodías que no nos atañen,
y que, siempre que quieras, juntos podemos cantar:
la la lá, la la lá, la la la la la la lá…
Dices que soy aburrido (“un científico”),
que no soy digno de una leona como tú…
Sí, ya puedo oírte rugir.
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