Música en lengua extranjera
Que soy frío, distante,
y que resisto cada vez mejor tu sonrisa,
no te lo voy a negar.
Tú eres audaz, hermosa,
y (con anfetaminas o sin ellas)
por siempre te he de amar.
Me pediste que fuera directo contigo,
y ya lo he hecho… Ya no soy como antes;
mi antiguo Pálido Fuego se ha esfumado…
Pero tú no quieres escuchar eso en una canción.
Música en lengua extranjera,
palabras que no comprendemos,
melodías que no nos atañen
y que, siempre que quieras, juntos podemos cantar:
la la lá, la la lá, la la la la la la lá …
Escuché una voz grave, con acento escandinavo:
no comprendí una sola palabra;
mi diminuta sensibilidad se conforma
con escuchar sin palabras.
Trataré de ser directo contigo…
Mi corazón está casi lleno,
ya no queda mucho espacio…
Pero disculpa que me asuste
por tus veintiséis años de hartazgo existencial.
Música en lengua extranjera,
palabras que no comprendemos,
melodías que no nos atañen,
y que, siempre que quieras, juntos podemos cantar:
la la lá, la la lá, la la la la la la lá…
Dices que soy aburrido (“un científico”),
que no soy digno de una leona como tú…
Sí, ya puedo oírte rugir.
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