Espero,
pues no hay tiempo que esconder.
La ciudad tiene una parte de mi ser.
La tele está muerta y, de momento,
no hay guerra en mi cabeza.
Te ves realmente bella.
Duermo,
aunque mi trabajo aún no esté hecho.
Sobre una bomba atómica podría dormir,
sin importarme, pues tú estarías ahí.
Te ves realmente bella.
Voy a dar vueltas
el resto de mi vida,
contemplando una fotografía
que se te parezca.
El resto de mi vida,
sólo dando vueltas...
domingo, 3 de abril de 2011
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