Son las cinco de la mañana
y el sol ya se levanta...
Hay nieve en la ventana,
y tristeza en tu mirada.
Las estrellas se empiezan a borrar,
pero la noche se ha ido ya...
Y mientras me das la espalda,
mis ojos comienzan a llorar.
Es momento de decir adiós una vez más;
y lamento mucho tener que dejarte así...
Es momento de irme una vez más:
no sé por qué peleamos siempre que me tengo que ir.
Es una pena dejarte justo ahora: los días son cálidos y apacibles...
Extraño mucho recostarme y sostenerte en mis brazos...
Extraño besar tus lágrimas, y devolverte la sonrisa...
Pero otras voces me están llamando,
y al menos me distraerán por un rato...
Es momento de decir adiós una vez más;
y lamento mucho tener que dejarte así...
Es momento de irme una vez más:
no sé por qué peleamos siempre que me tengo que ir.
Entiende que tengo que ir a visitar a unos amigos;
algunos incluso que ni siquiera me son conocidos
y que no están familiarizados ellos con mi propio nombre.
Es algo que está dentro de mí, pero no tan complicado
para aquel que me escuche mientras canto.
Y si crees que tus horas están vacías, ¿quién soy yo para culparte?
Piensas que si estuviera contigo nuestro amor sería siempre igual.
Pero este es el tiempo que tenemos, y si lo pasamos solos vale lo mismo...
Aunque acostado a tu lado, nunca he vuelto a sentir aquella paz.
Es momento de decir adiós una vez más;
y lamento mucho tener que dejarte así...
Es momento de irme una vez más:
no sé por qué peleamos siempre que me tengo que ir.
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