Yo era tu casa, y tú te encerraste afuera
para correr con tus fantasmas a un lugar que ya conocías.
No queda sitio adónde arrastrarte, sólo tu vida pasada.
Esconde de todo el mundo una flor enterrada;
convéncete de que crecerás;
guarda suficiente para recordar;
pero quédate afuera sin ningún sitio adónde ir.
Ya no te quedan sitios adónde ir.
lunes, 9 de septiembre de 2013
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