martes, 9 de febrero de 2021

The Ascension- Sufjan Stevens

Cuando muera y la luz abandone mi pecho,
nada habrá que decir, nada habrá que declarar:
que la grabación muestre lo que yo no pude confesar.
Al vivir para mí mismo, viví en el desasosiego. 
La evidencia volvió en una carroza de reivindicación: 
algo digno de observarse, glorioso en su recorrido. 
Pero la profecía retrocedió al darme una invitación:
"Muéstrales lo correcto, muéstrales lo que es bendito".

Y me doy cuenta, demasiado tarde de nuevo,
que estaba pidiendo demasiado de todos a mi alrededor.
Y me doy cuenta, demasiado tarde de nuevo,
que debo responder mientras cae sobre mí la Ascensión. 

¿Qué puede decirse de una vida que deja atrás su caos?
Una vez que tu vida es vendida, nunca podrá ser poseída.
Eras egoísta como un continente, estabas en la cima, 
favorecido por el egoísmo cuando fue bendecido.
Cordelia volvió entonces en una carroza de alucinación:
algo para regocijarse, glorioso en su ira.
Pero la profecía vino a mí como pantomima de acusación:
"Muéstrales lo correcto, muéstrales lo que es mejor".

Y me doy cuenta, demasiado tarde de nuevo,
que estaba pidiendo demasiado de todos a mi alrededor.
Y me doy cuenta, demasiado tarde de nuevo,
que debo responder mientras cae sobre mí la Ascensión. 

Y ahora me asusta una idea apretando mi pecho:
pensar que estaba pidiendo una explicación, 
el porqué todo es un completo desmadre.
Y ahora me asustan los sueños que poseo:
pensar que actuaba como un creyente, 
cuando en verdad sólo tenía enojo y depresión. 

Nada tiene sentido: 
una temporada de desesperanza y dolor. 
No debería haber buscado una revelación, 
debí haberme conformado con esto.
Pensé que podía cambiar el mundo a mi alrededor. 
Pensé que podría hacerlo mejor. 
Pensé que había sido convocado. 
Pensé que estaba bendito y santificado. 

Pero ahora me fortalece por fin saber la verdad:
que todo viene de la consumación, 
y que todo tiene consecuencias. 
Y todo lo hice con júbilo, 
mientras tú lo hiciste con desesperación. 
Y todo lo hice con adoración, 
mientras tú lo asesinabas todo 
con tu santo desastre... 

¿Y ahora, qué?

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