martes, 2 de julio de 2013

Riding for the feeling- Bill Callahan

No es sencillo decir adiós a los rostros: 
rara vez vimos unos tan largos y cerca de nosotros.

Le pregunté a mi habitación
si había dicho demasiado;
nadie en realidad contestó.
"No te vayas, no te vayas", me rogaron. 
Esa partida parecía no tener final. 

Sigo esperando una pregunta más, 
alguien que diga "¿Y tú quién te crees?",
para así poderlo responder. 

Por ley, la gota se evapora con el calor. 
La vida es simple, en conclusión...
pero sólo si tienes un sitio donde quieras estar.
Yo renuncio a este concierto por otra estación. 

Con la tele en silencio 
escuché mis grabaciones otra vez; 
en la cama de un hotel,
con mi apocalipsis interno...

Y escuchándolas me di cuenta
que había dicho muy poco sobre caminos y ruedas. 
O sobre cabalgar por el sentimiento, 
cabalgar por el sentimiento...
la forma más rápida de llegar a la orilla del agua o la tierra.

¿Qué tal si al final me hubiera quedado ahí, para decir lo mismo nuevamente?
Respondiendo siempre a cada pregunta, y cabalgando por el sentimiento.

¿Habría sido esa una despedida conveniente? 

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