por toda la granja.
En algún lugar lejano
suena el rugido de un trueno.
La adivina ha fijado dulcemente
sus ojos sobre mi hijo.
A veces subo a lo alto de un árbol
y dejo que el viento golpee mi rostro.
A veces dejo mis preocupaciones
apiladas en el suelo.
Algo perturbador
es el sonido de su canto,
cuando sabes que no lo mereces.
Hoy no estás aquí, y yo me siento
como una cáscara vacía de huevo...
Mi yugo es pesado, mi yugo es pesado.
Mi voz es un pequeño caballo
que cabalga perdido en el bosque,
diciendo tu nombre.
Es algo nuevo para mí,
pero es lo mismo de siempre:
la Tierra es un viejo lienzo
que ha sido pintado muchas veces.
El poeta vaga
por un mundo que acelera,
¿y quién puede saber qué mal se esconde
en los corazones de los hombres?
Tu sombra lo sabe:
está justo detrás de ti todo el camino.
Tu sombra sabe dónde has estado...
Mi yugo es pesado, mi yugo es pesado.
Sagrada es la sonrisa
que abrió mi mente
y me pidió que la salvara,
liberando mi frío corazón
de la profunda penumbra
que tanto espacio ocupaba,
tantos amplios recuerdos...
Mi yugo es pesado, mi yugo es pesado.
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