Dispárate a ti mismo en la pierna
y el ganso pondrá un huevo de oro.
Ya he tenido antes ese huevo,
pero desapareció mientras
rengueaba por la puerta.
Nunca reveles que sabes
que todo es pura pretensión:
un mundo de cartón
con cielos pintados;
porque todos debemos
estar de acuerdo
en creer las mismas mentiras.
Ponte de rodillas
y yo te daré las llaves de oro.
Estas llaves abrirán cualquier cerradura,
sea de un cuarto vacío o una caja china.
No puedo olvidar cómo me siento
y fingir que todo es verdadero.
El comal no le dirá nada a la olla...
y yo ni siquiera percibo
en mi espalda el cuchillo.
Y cuando nos dirijamos a nuestras camas,
después de luchar por nuestro pan,
tal vez un sueño agradable
reemplace el clamor y el ruido
que hay en tu cabeza.
Así que sigue adelante,
igual que antes,
y no vuelvas a hacerme caso.
No creas una palabra de lo que digo,
porque es sólo una canción
y no tiene significado.
lunes, 5 de diciembre de 2016
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