Cuando estabas con tu madre,
caminé sobre mis pies, igual que mi padre,
y mis rodillas trataron de alcanzarte;
mi nariz me gritaba que olías como una amante,
peros mis manos estaban felices de tratarte
igual que a un hermano, en ese instante.
Entonces bailamos sobre los planos:
yo te sacudí de los hombros
y tú me empujaste contra los granos.
¿Quién frota nuestras narices de noche? ¡Nosotros!
Estuve entre plantas y simples tesoros,
y sentí placer al ver parches en nuestros pantalones.
Nunca hago planes específicos porque es inútil hacerlo,
cuando te quedas en cama con mis patrones de sueño.
¿Por qué suceden todos esos cambios
desde que soy consciente del tiempo?
Es como una manzana que devora a la gente
que solía estar aquí antes...
Esa gente que un día vació sus bolsillos
y degradó sus rostros de juventud...
Felices de poder dejar sus lugares de verano.
Pequeño fémur sentado sobre mi barco de sueños de cereza:
sería una tristeza que rechazaras a mi rodilla y a mi cadera...
Y si navego por continentes y toco el cabello de mi amante,
estará muy feliz por tocarla en esa parte.
Estará muy feliz por tocarla en esa parte,
como yo estaba nervioso por lo que había experimentado,
y cauteloso porque me pidió que tuviera cuidado...
¿Te gustaría que nos viéramos a diario,
aunque no sea necesario?
Porque a mí sí me gustaría verte seguido,
aunque no lo necesito.
Entonces bailamos sobre los planos:
yo te sacudí de los hombros
y tú me empujaste contra los granos.
¿Quién frota nuestras narices de noche? ¡Nosotros!
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