Toma tu diente de oro
y trata de aventárselo a la luna.
Toma tu boca y grita todos los silbidos
que se perdieron en tus sueños.
Toma tus ojos;
guarda uno para el amor
guarda uno para el amor
y otro para mí.
Toma tus oídos:
deben de caber allí
toneladas de polvo meteórico.
Grita en la montaña:
la fuente te revelará sus secretos,
y todo lo que deseas será todo lo que hagas...
Adiós, adiós...
Toma tus piernas y corre
hacia los rayos mortíferos del sol.
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