Él no sale mucho a la calle estos días,
pero yo no podría llamarlo holgazán.
Husmea el amanecer desde su habitación,
y sabe que pronto despertarán los perros.
Pensábamos que estaba bien
cuando el sol le dio caza
a otra noche como cualquiera.
Y los días se precipitan como la corriente
de un río de camino al mar.
De pronto apareció ella bajando la escalera;
y ella nunca pasa sin decir hola.
Por eso creímos que él estaba bien
cuando ella saludó al pasar.
No puedo olvidar el fantasma de su sonrisa.
Los perros moverán sus colas
y los pájaros cantarán;
¡carajo!,
es un mundo muy complicado
para las cosas pequeñas.
Y creíamos que él estaba bien…
ahora no puedo olvidar
el fantasma de su sonrisa.
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