las ronchas de la clarividencia
y mi deseo por ti.
Con el peso de mi hipotermia
yo vine hacia ti.
La cara con la que nací
no se parece a ninguna.
Los espacios en la mirada de la ley
son como rostros en un libro de texto,
pero ya me las arreglaré.
Los partidos de oportunidades.
La última vez que te vi y te grité.
El dolor que necesitaba era cierto.
El único objetivo que que quise esclarecer
eran las paredes que no dejaban de crecer,
las locuras que pasé por alto,
la cocina y su piso inclinado.
Y lo hice...
Grité un sangriento asesinato,
presa de un terrible dolor,
y me detuve junto a la carretera,
que es el lugar del que vine.
Pero ese lugar es muy lejano, oh Dios,
y es como si los accidentes hubieran
venido directo hacia mí.
Cambié mi punto de vista,
y el lugar al cual me dirigía.
Me sentí completamente pleno.
Ahora estoy feliz de que seas mía,
y de que destruyas el tejido del tiempo.
Y me siento completamente obsoleto.
Y tus rostros son cuerpos.
Y tus manos son pies.
Déjame revolcarme en cosas que no creo.
Pero lo intento, sí, lo intento y lo intento...
Tú sabes cuánto lo intenté.
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