Por unas cuantas canciones 
en las que hablo de su misterio, 
las mujeres han sido 
excepcionalmente amables 
con este hombre viejo. 
Hacen un espacio secreto 
en sus ocupadas vidas, 
y me llevan hasta allí. 
Se desnudan para mí, 
de todas las maneras, 
y me dicen: "Mírame, Leonard, 
mírame una última vez..."
Luego se doblan sobre la cama 
y me cubren como a un bebé que tiembla. 
domingo, 31 de agosto de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario