Te amé por la mañana,
nuestros besos profundos y tibios;
tu pelo sobre la almohada
como un tormenta dormida de oro.
Muchos se amaron antes de nosotros,
sé que no hacemos nada nuevo:
en la ciudad y en el campo
como tú y yo muchos se sonrieron.
Pero ahora es momento de distanciarnos,
y ambos debemos intentarlo.
Tus ojos están tristes y llorosos...
Oye, esa no es forma de decir adiós.
No buscaré a alguien más
mientras deambule por mi tiempo;
de camino hacia un rincón,
nuestros pasos siempre rimarán.
Sabes que contigo va mi amor
como el tuyo se queda conmigo;
sólo es un cambio en el camino,
como la playa y el mar.
Pero no hablemos de amor o cadenas
ni de cosas que no se pueden desatar.
Tus ojos están tristes y llorosos...
Oye, esa no es forma de decir adiós.
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