Te he observado
durante un rato.
No puedo dejar de mirar
esos ojos oceánicos.
Ciudades en llamas
y cielos de napalm.
Quince bengalas
dentro de tus ojos oceánicos.
No es justo...
tú sabes en verdad
cómo hacerme llorar
cuando me ves
con esos ojos oceánicos.
Qué susto...
nunca desde tan alto
me había dejado caer
dentro de tus ojos oceánicos.
Me he puesto a caminar
por un mundo enceguecido.
No puedo dejar de pensar
en tu mente de diamante.
Una criatura cuidadosa
que con el tiempo hizo amigos.
Él la dejó sola
con una mente de diamante
y esos ojos oceánicos.
lunes, 24 de diciembre de 2018
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