La atracción principal estaba en King's Crossing.
Los dominós caen en una reacción en cadena.
El sujeto de piel raspada, gobernado por el miedo,
me dijo que el whisky funciona mejor que la cerveza.
El Juez está grabado en vinilo;
los veredictos son finales
y nadie obtiene un indulto.
Cada ola es una marea:
si te quedas un rato
terminarás empapado.
No puedo prepararme para la muerte más de lo que estoy.
Todo lo que puedes hacer es mirar las corcholatas;
el juego parece sencillo, por eso vende tanto.
Frustrados fuegos artificiales dentro de tu cabeza
se ponen de pie y te dan, en cambio, una charla.
El método de actuación que paga mis facturas
mantiene alimentado al hombre gordo de Beverly Hills.
Tengo una boca de metal pesado que arroja obscenidades.
Recibo mi cheque de la tesorería del basurero,
porque saqué mis propias entrañas.
Y no importa, porque no tengo vida sexual.
Lo único que quiero es inyectar a mi ex-esposa.
He visto la película y sé lo que ocurre.
Es Navidad y las agujas están en el árbol.
Un Santa Claus delgado me entrega algo.
Su voz es abrumadora pero su discurso se alarga,
y lo único que entiendo son otras palabras.
Abre tu paracaídas y toma tu arma...
Caigo como un presagio o una puesta de sol.
Lee tu parte y todo estará bien.
Es un papel estupendo, si puedes mantenerlo vivo.
Pero a mí no me importa si lo arruino.
Tengo una cita con una rica dama blanca,
¿no es genial la vida?
Dame una sola buena razón para no hacerlo...
("Porque te amamos")
Entonces, lo hago.
Este es el lugar donde el tiempo retrocede.
Hombres muertos hablan con lindas enfermeras.
Los instrumentos brillan en una bandeja plateada.
No permitas que me lleven,
No permitas que me lleven,
no permitas que me deje llevar.
*King's Crossing, "el Cruce del Rey", es un sitio de Portland donde drogadictos y dealers se reúnen.
martes, 7 de julio de 2020
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