Te hice cosas que sólo los amantes
harían en la oscuridad.
Hice de ti un Dios.
Curas, Papas y predicadores
me dirían que lo que hice es incorrecto.
Pero, oye, hiciste que un negro
diera una voltereta.
¿Qué debo decir para hacerme existir?
Oh, extraña.
Aún no sabes mi nombre.
Moriría siendo tu esclavo, nena,
en este mismo instante.
Pero aún no sabes mi nombre.
Desearía que vinieras.
Te extraño, te beso en fantasía.
Estoy soñando con todas las posibilidades.
Estoy besando todo tu cuerpo, mi Nefertiti.
Y cada vez que pienso que los planetas se alinean,
sigues tan cerca pero tan lejos.
Aún no sabes mi nombre.
Moriría siendo tu esclavo, nena,
en este mismo instante.
Pero aún no sabes mi nombre.
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