El chico comatoso
me enseñó cómo comenzó
a seguirte adonde quiera que fueras.
Y ahora yo no voy adonde debiera.
No voy en realidad a ningún lado.
Me contó que estaba como encantado,
hasta que logró romper el hechizo.
Y ahora no voy adonde debiera.
No voy en realidad a ningún lado.
Tomé mi decisión y no me cuesta decirlo.
Fui a buscarte al centro, y como no te encontré
caminé otro rato por la ciudad,
la gente mirándome con fríos ojos en blanco,
y vi tu rostro en cada persona, lo juro.
Parece que nunca tendré un buen chute tuyo.
Camino por un sucio hundimiento.
Estoy harto de intentar cambiar tu pensamiento,
cuando es más sencillo desconectar mi cerebro.
Es tiempo de ponerse hasta arriba...
Sí, me siento de maravilla.
Me siento bien, no me levantes,
estoy bien aquí tirado...
Nunca voy adonde debiera,
nunca voy adonde se supone que debiera.
viernes, 13 de diciembre de 2013
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