En el centro de la ciudad,
donde todos los caminos se encuentran,
esperándote.
En las profundidades del océano,
donde todas las esperanzas se hunden,
buscándote.
Me moví a través del silencio,
sin hacer ningún movimiento,
esperando por ti...
En una habitación
con una ventana en la esquina,
encontré la Verdad.
En el juego de sombras
actuabas tu propia muerte
sin pensar en otra cosa,
mientras los asesinos,
agrupados en cuatro filas,
bailaban en el piso.
Y con el frío acero,
el hedor de sus cuerpos
realizó un movimiento
para conectarse.
Pero yo sólo podía observar, incrédulo,
mientras las multitudes se marchaban.
Hice todo,
hice todo lo que quise;
dejé que te usaran
para sus propios fines.
En el centro de la ciudad por la noche,
esperando por ti...
martes, 4 de agosto de 2015
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