lunes, 26 de octubre de 2015

Irene- Rodrigo Amarante

Nostalgia, yo te maté de hambre. 
Más tarde, te enterré junto a la pena. 
Si hoy ya no me acuerdo de tu nombre, 
tu rostro nunca me ha dado tregua.

Milagro sería no ver
en el amor esa flor perenne
que florece a la luna negra, 
que se seca pero nunca muere. 

Verdad, yo te insulté de lejos. 
Más tarde, me apoyé en el miedo. 
Si ayer canté tu nombre, 
el eco ya no muere prematuramente. 

Milagro sería que el amor
no tuviera esa rima breve, 
al que el brillo de la luna llena
despierta de un sueño leve. 

Irene, Irene.
Irene ríe.

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