Caíste del cielo
y te estrellaste en un campo
cercano al río Adur.
Flores surgieron de la tierra,
corderos brotaron
de los vientres de sus madres.
En un agujero debajo del puente,
ella convalece, ella confecciona
máscaras de barro y ramitas.
Y tú lloraste bajo los árboles goteantes,
canción fantasma atorada
en la garganta de una sirena.
Con mi voz, te estoy llamando...
Eres un hombre joven que despierta
cubierto con sangre que no es tuya.
Eres una mujer con un vestido amarillo,
rodeada por encantadores colibríes.
Eres una chica llena de energía prohibida,
parpadeando en la penumbra.
Eres un drogadicto recostado
en un cuarto de hotel de Tijuana.
Con mi voz, te estoy llamando...
Eres un doctor africano
que cosecha conductos lagrimales.
Y crees en Dios, pero ahora no obtienes
ningún trato especial por esa creencia.
Eres un anciano sentado junto al fuego,
oyendo la niebla que se desprende del mar.
Eres un viejo recuerdo en la mente de tu Creador,
¿no te das cuenta?
Con mi voz, te estoy llamando...
Sentémonos juntos hasta que llegue el momento.
Con mi voz, te estoy llamando...
Sentémonos juntos en la oscuridad
hasta que llegue el momento.
Con mi voz, te estoy llamando.
sábado, 3 de septiembre de 2016
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