hubo voces en el pasillo:
eso es lo que ella dijo.
La gente se aglomera
pero sólo son fantasmas,
voces en tu cabeza.
El viento del oeste
se levanta en mis sueños;
arrastra mis huesos
por la calle toda la noche.
Sólo a ti puedo verte,
sólo a ti puedo verte...
Cuando llega la noche,
los campos se llenan de voces.
Ella me dijo que no temiera
a lo que escuchaba.
Cuando llega la noche,
los campos se llenan de voces,
pero ahí no hay nadie.
Sólo a ti puedo verte,
sólo a ti puedo verte...
Finalmente el verano pasó,
pero al regresar a casa
yo nunca volví a ser el mismo.
Hay un fantasma en mi respiración.
Hay un fantasma en la separación
que media entre mis huesos.
De pie en la cocina, miraba el tiempo:
escuchaba, toda la noche, los coros.
Sólo a ti puedo verte,
sólo a ti puedo verte...
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