Ella caminaba por la acera
percibiendo el olor del viento
y pensando en todo y nada,
como cualquier frívolo ser humano...
Y mientras los satélites se arqueaban
por una sobrecarga no detectada,
sus células estaban ocupadas
dividiéndose, dándole genes a los muertos.
La belleza es lo que la belleza provoca
en los ojos del espectador
(o colectivamente en todos nosotros).
Ella saludaba a un ciclista
que la rebasaba
en una ociosa intersección,
rumbo al resto de su vida.
Y un gato de la calle
caminó con elegancia
detrás de un contenedor,
provocando que una rata parda
huyera con un toque cómico.
Todos estamos atrapados
pero somos libres
de pasar por los movimientos
y de ser tan felices como podamos.
Más tarde, cuando la sostuve
en mis huesudos brazos,
mis agrietados labios
susurraban esotéricas alarmas.
Pero pronto su aliento cálido
me tranquilizó y la música volvió;
seguimos bailando mientras ardían
enormes incendios forestales.
El espacio es espeluznante
y el tiempo es un viaje...
No dejes que los predicadores,
los profesores
ni los hipsters te mientan:
no existen rasgaduras en la tela.
sábado, 17 de junio de 2017
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