No puedo dejar de darle crédito
a esta arruga del tiempo.
Cuando pienso en mi espacio,
sencillamente me bajoneo.
Me deprimo y tengo migraña.
Mi corazón se desparrama
dentro de mi caja craneana...
Pero aún puedo soltar golpes.
Estaba contando los anillos
cuando me quedé dormido:
me asomé a ver si venías.
Estaba contando los árboles
hasta que encontré uno un día:
me dormí para esperar
que tú llegaras a ese lugar.
No puedo dejar de darle crédito
a esta arruga del tiempo.
Cuando pienso en mi espacio,
sencillamente me bajoneo.
Me deprimo y tengo migraña.
Mi corazón se desparrama
dentro de mi caja craneana...
Pero aún puedo soltar golpes.
Y ahora que te acabo de encontrar,
tal vez juntos nos podamos ayudar.
miércoles, 9 de marzo de 2011
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