Cuando llevo a nadar
a los prisioneros,
ellos pasan un buen momento;
me gusta verlos flotar 
sobre sus espaldas
relajadas y sin cargas. 
Me siento en la alta hierba
y volteo a ver hacia otro lado;
y cuando los arrastro de vuelta 
ellos dicen que sus condenas
no servirán de nada. 
Constantemente estamos en juicio:
es una manera de ser libre.
Muchas noches salgo
con el coche a dar una vuelta
a los lugares más altos 
que pueda encontrar;
me paro en un acantilado 
con los poros dilatados, 
mirando al viento rasgar
las hojas de los árboles...
Desafiando a la muerte 
con cada respiración.
Pronto estaremos de regreso 
en el patio, detrás del muro, 
sobreviviendo apenas, 
soñando con ríos frescos 
y con altas hierbas.
Constantemente estamos en juicio:
es una manera de ser libre.
miércoles, 22 de julio de 2015
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