Toma el volante del mundo y conduce,
rápido como una pistola,
ciego como un fantasma.
La mayoría de las cosas
que tú olvidas en las habitaciones
yo las recojo con mi sangre...
Un último jadeo antes de irme...
Tu piel de cristal unida con óxido,
toma el volante del mundo y conduce.
Con la lujuria de la sangre
obtienes una mirada de la Vía Láctea.
Dos disparos, uno en un millón,
cortocircuitos de mil millones
de años luz de distancia...
Aquí abajo llueve sangre y leche
durante meses.
Los zulúes son cada vez más fuertes
como para jugar con ellos...
Toma el volante del mundo y conduce,
un bolsillo demasiado lleno de estrellas,
demasiado caliente para agarrarlo solo...
Está quemando un agujero:
humeantes pasos que conducen a un corazón,
mío o tuyo, a quién le importa,
todavía arde,
todavía se transmite,
todavía estoy ardiendo,
estoy quemándome...
¡Toma el volante del mundo y conduce!
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