Es tiempo de matar, escribir un testamento
y entregárselo al hombre en la luna.
Voy a conseguirlo muy pronto:
una cara sonriente me mira mientras muero,
me eleva a un mundo que no conozco.
Y todo lo que puedo hacer, estando solo,
es dejar las cosas como estaban.
Las circunstancias aparecen
sin haber sido invitadas
y exigen que se les alimente.
Pero yo ya estoy en cama,
no puedes ver nada desde adentro.
Mi espíritu se elevó con mi ropa puesta,
me ayudó desconectando el teléfono
para dejar las cosas como estaban.
Hubo un tiempo en que fui una antena,
luego un topo en un pastel.
Primero fue la reacción,
después vino la rabia.
Despierto en una parada de estación;
la realidad comienza a invadir mi cerebro.
Los polis quieren encontrar el tren,
se llevarán cualquier cosa que encuentren.
No tengo los pensamientos que quieres;
sólo me dieron un pequeño recuerdo de amor,
una visión que ahora se convierte en piedra
y deja las cosas como estaban.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
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