Te voy a dar una decisión...
Te puse en una balanza
y no pesabas nada.
Te puse en un colador
y no pasaste al otro lado.
Vive en la filosofía,
para que amor y dolor
siempre hagan rima.
Si tu cuerpo sigue marcado
por manos o labios cariñosos,
entonces mujer, yo sabría
a cuántos te has entregado.
No me molestaré en mirarlo...
Tu caso no es de ver para creer:
es evidente.
jueves, 6 de noviembre de 2014
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